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Mujeres con el chador en el bazar de Kashan. |
by Alessio Oliva
20 de abril
del 2017
Han
pasado justo 7 años desde que dos
intrépidos muchachos empezaron un viaje que les marcó para el resto de su vida.
Ese viaje no hubiera podido ser tan increíble como lo fue si no hubiese sido
por la hermosa muchacha que encontraron en su camino y que en un día cálido de
marzo rompió el corazón de Jordi y terminó siendo una de mis mejores amigas. Hace
tiempo que pienso que este año sabático de Jordi y Joana no podría ser lo mismo
sin que yo les devuelva el favor que Joana nos hizo hace siete años y así sumarme a su aventura tras viajar por
África e India. Otros acontecimientos favorecieron esta decisión así que, de un
día para otro, decidí comprar un vuelo “cap a Irán” donde allí me reencontraría
con mis nenes.
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El reencuentro |
Además
de esa emocionante premisa “estilo Alessio”, la destinación elegida por J&J
coincidía perfectamente con el deseo de visitar ese tan polémico país que desde
los ojos de los occidentales produce peligro solo al nombrarlo.
Tras
leer, preguntar, informarme y hablar con gente que ya había viajado a Irán, sabía
que no era el país inseguro y peligroso que la gente se imagina, así que sin
tener ninguna duda compré el vuelo con llegada el 19 de abril.
El día
después J&J llegarían con el vuelo desde Delhi y nos encontraríamos en Teherán.
Antes
del reencuentro con J&J tuvimos varias llamadas pero nunca llegamos a
planificar bien la ruta del viaje. Ellos viajaban por la India y ya se sabe que
allí las cosas van con mucha calma. Yo tuve otros asuntos que solucionar antes
de partir y mi cabeza estaba un poco hecha un lío, al final lo único que
sabíamos era que nos íbamos a encontrar en Teherán y que íbamos a volver a la
capital una cuantas veces para pedir y recoger el visado de Uzbekistán,
siguiente etapa después de Irán. Me iba a quedar dos meses con ellos.
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Interior de una mesquita. |
Reservé
un hotel en la capital para 2 noches; la “putada” de los vuelos a Irán desde
Europa es que todos llegan tarde por la noche, así que el 19 me puse en marcha
y llegué a las 2 de la mañana al hotel.
Esa noche
no pude dormir mucho, un poco por el jet
lag, un poco por la emoción de volver a ver a mis amigos y también por la
cama que no era el máximo de la comodidad. Al día siguiente esperando a que
J&J llegaran me fui a dar un paseo por la ciudad aprovechando para cambiar
dinero y comer algo.
La
primera impresión de Teherán no fue ni
positiva ni negativa; la ciudad parecía más ordenada y limpia que otras
ciudades islámicas (como Marrakech, por ejemplo) y aunque tenga 12 millones de
personas y su ubicación geográfica haga que sea una ciudad muy contaminada por
el esmog, no parecía ser tan caótica
como me imaginaba. A lo mejor se debía también al hecho de que era jueves y
como el viernes en Irán es día festivo (nuestro domingo) la gente se preparaba
para salir de la ciudad y aprovechar el fin de semana. Muchas tiendas y locales
el jueves hacen horario intensivo y la ciudad empieza a vaciarse.
Lo que
me impresionó era la disponibilidad de
la gente, sus sonrisas gratuitas y sus ganas de echarte un cable en
cualquier momento sin pedir nada a cambio. Esto es lo que se respira desde el
primer momento que pones un pié en Irán y que con el desenvolverse del viaje
hemos comprobado una y más veces.
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Amigos que nos vamos encontrando por el camino. |
¡Llegó el momento! A las dos horas de volver del
paseo por la ciudad, el chico de la recepción me llamó y me informó de que mis
amigos habían llegado…
Corrí
rápido por el pasillo, bajé las escaleras y me encontré con los mochileros más
guapos del mundo. Hacía mucho que deseaba volver a abrazarles y por fin el
momento llegó…
Siete
años habían pasado desde que los tres íbamos caminando por las calles de
la India, Nepal, Malasia, Indonesia,
Vietnam, Camboya y Tailandia con nuestras primeras mochilas de viaje y ahora
empezaba la segunda parte paseando por Irán y Uzbekistán con unas mochilas
nuevas pero con los mismos corazones y ganas
de explorar el mundo.
Visitamos
un poco Teherán aunque nos dimos cuenta rápido que no era una ciudad para
quedarse mucho, de echo la mayoría de los turistas no se quedan ni un día. Pero
nosotros teníamos el problema del visado de Uzbekistán; lo teníamos que hacer
en la ciudad pero el jueves la embajada cerraba a las 12 del mediodía por lo
que teníamos que esperar 2 días más. Para no desperdiciar esos días quedándonos
en Teherán decidimos ir a una ciudad que no estuviera muy lejos de la capital y
también que entrara en los highlights
del país. Nos decidimos por Kashan.
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Mezquita Masjed-e Agha Borzog, Kashan. |
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Hammam de Kashan |
Kashan
se encuentra a cuatro horas de Teherán y es famosa por su histórico bazar, su
bonita mezquita Masjed-e Agha Borzog y las casas tradicionales hechas de barro
y paja, típicas de la arquitectura iraní. Normalmente los turistas se paran en
Kashan de camino a Esfahan, una de las más bellas y turísticas ciudades del
país. Pero nosotros la escogimos por comodidad, sabiendo que nuestra ruta iba a
ser diferente de lo normal por el tema de tener que volver a Teherán varias
veces.
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Plaza en el bazar, Kashan. |
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Techo de una casa tradicional en Kashan. |
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Bazar de Kashan. |
Los transportes en Irán son muy, pero que muy
cómodos. Para
mi es el país con los buses más modernos del mundo. Los asientos son muy
anchos, tienen para estirar las piernas y algunos hasta pantalla táctil en cada
asiento como en los aviones. Los trayectos de una ciudad a la otra se hacen
cortos cuando tienes un asiento donde te puedes tumbar y dormir cómodamente.
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Bus de lujo. |
Pasamos
3 días en Kashan entre paseos por la ciudad y un tour por palacios con jardines
impresionantes, visitas a las cisternas más profundas y antiguas del mundo (los
iraníes eran genios en solucionar problemas de sequías o calor en sus ciudades
desérticas) y una visita al antiguo pueblo de Abyaneh, con más de 1500 años de antigüedad, situado en el pintoresco
valle a los pies del monte Karkas (3900 m.). Un monte que representará el comienzo de una larga escalada
descubriendo los tesoros de Irán y de Asia central.
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Casa tradicional Khan-e Tabatabei, Kashan. |
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Nuestras guías estudiantes en Khan-e Tabatabei, Kashan. |
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Mezquita Masjed-e Agha Borzog, Kashan. |
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Nuestro primer kebab en Kashan ¡delicioso! |
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Jardines Finn, Kashan. |
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Cisterna, Kashan |
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Abyaneh |
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Abyaneh |
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Mujer con traje tradicional, Abyaneh. |
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Monte Karkas (3900 m.), de camino a Abyaneh. |
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