Def. Gran desig o impuls de viatjar, deambular o explorar el món.

Etim. Paraula anglesa. De l'alemany; Wandern (caminar, practicar senderisme) y Lust (plaer, gaudi).

divendres, 30 de setembre del 2016

Parque Nacional de Isalo

Una vez llegamos al Parque Nacional de Isalo, nos decidimos por hacer dos días de excursiones, durmiendo fuera del parque. El primer día, el escenario fue cambiando drásticamente de arrozales y planicies secas recién sacadas de una película del Oeste a oasis y cascadas en los que disfrutamos bañándonos. Aunque las vistas fueron espectaculares, sigue sorprendiéndonos como los campos, incluso los del Parque Nacional (zona protegida) siguen siendo arrasados por el fuego. Incluso, la primera noche, fuimos testigos de dos fuegos intencionados que rodeaban los campos de nuestro hotel.
El segundo día fuimos a ver los dos cañones. Viajamos hasta allí en coche (¡carísimo coche, objeto de nuestra desdicha!) y nos adentramos primero en el Cañón de los Makis (lémures) y después en el Cañón de las Ratas. Nos quedamos sin ver los lémures de cola anillada, pero por suerte las ratas tampoco aparecieron. El camino discurría por un pequeño arroyo, entre rocas que teníamos que ir saltando, hacía diferentes pozas y cascadas en las que una vez más nos zambullimos. Las paredes entre las cuales estábamos llegaban a los 200 metros en algunos puntos…¡Increíble!
Una vez de nuevo en Ranohira y ya con nuestras mochilas, todo pasó súper rápido… Teníamos pensado disfrutar de nuestro último bocata de albóndigas y despedirnos como es debido de nuestros amigos euskaldunes, pero no siempre todo sale como uno espera en Madagascar. Así que llegó nuestro taxi-brousse y nos quedamos sin bocadillo y sin despedida…¡todo de una tacada!


Ahora tranquilamente en Ambalavao, no podemos evitar pensar en el día en que Coco nos propuso hacer el descenso del Tsiribihina con otros españoles (¡si Coco supiera que estaba hablando de unos vascos y un catalán hubiera moderado su lenguaje!). Si finalmente nos hubiéramos decidido por otro guía y, por lo tanto, otros compañeros de viaje, estos últimos 15 días en Madagascar hubieran sido muy diferentes. No hubiéramos aprendido que cada persona puede tener tantos motes como dedos en las manos (tía Lourdes, Tuertin Tarantino, Billy, Humphrey…), nuestros días no hubieran sido txatxi piruli guai pelotilla, no hubiéramos degustado la mitad de cervezas, no hubiéramos conocido la ira francesa por las noches antes de ir a dormir, no sabríamos el precio de todas las cosas del mundo (How much is the taxi? How much is the lunch? How much is the hotel...?), no seríamos unos profesionales de los poses Yolander, ni hubiéramos podido presenciar como los pollos corrían despavoridos al ver a Ekhi y, en definitiva, no nos hubiéramos reído la mitad. Así que chicos, gracias por todos esos momentos y todas esas risas. ¡Agur y nos vemos pronto de poteo por Euskadi o con unos calçots entre manos!

Parque Nacional de Isalo

Cañón de las Ratas, Foto by Ekhi ;)

Parque Nacional de Isalo
Especie en peligro de extinción: Homos Tremendus

Parque Nacional de Isalo
¡Uno de nuestros txombitos!

Con los dos cañones al fondo

De camino a la Fenêtre d'Isalo

En los alrededores de la Fenêtre d'Isalo

Parque Nacional de Isalo

Brown Lemur

dilluns, 26 de setembre del 2016

Post cooperativo: de camino a Tulear.


Tras más de dos horas de búsqueda y arduas negociaciones, por fin encontramos un chófer dispuesto a llevarnos de Morondova a Ifaty en 4 días, y no en los 5 que nos ofrecía la mayoría. Y además, por un precio razonable.

Aprovechando que viajo con 4 maestros de las letras y son 4 los días que estaremos de travesía, cada uno de ellos os explicará el viaje en coche de uno de los días. Así pues, ¡disfrutad de la experiencia!

Día 1. De Morondava a Manja. Tximi

Nos levantamos a las 6h. para coger el 4x4 a las 6:30h, pero como siempre, la puntualidad Malgache, el coche llegó a las 7:30…. Mora, mora, que quiere decir, sin prisa. Inflaron las ruedas demasiado y en los primeros baches volábamos, hasta un par de horas después que se desinflaron un poco y el todoterreno ya no botaba tanto. Después de 5 o 6 horas y pasados varios poblados malgaches, se nos quedó el culo no roto ¡sino pasado por el chino!
Llegamos a Manja. Habíamos leído que era un “txorongo pintxao en un palo”, pero a nosotros nos gustó mucho porque tenía mucha sarma. Nos sentimos muy, muy, muy observados. Sentados delante de un bar bebiendo una cerveza, se nos puso medio pueblo enfrente observando; algunos con escopetas, hachas, lanzas…Pero todos con una sonrisa y muy buen ambiente.

"Los maestros de las letras" con Dada y el coche.  
Manja

Manja

Cuerpo de protección de ganado de Manja


Día 2. De Manja a Andavadoaka.  Lander

Después de las felicitaciones, abrazos y besos pertinentes para celebrar el  inicio de cumpleaños de Joana; tomamos el desayuno malgache y iniciamos el segundo itinerario hacia Andavadoaka.
El camino se asemejaba a un tramo del Rally Paris Dakar, pero de una forma u otra nos apremiaba con paisajes que contenían atrezzos sorprendentes.
Cuando pasaron 8 horas de bamboleo generado por los baches de la carretera y llevábamos la 246ª canción local en el toca discos del coche, dimos con los bungalows del COCO BEACH que nos maravillaron gracias al entorno en el que se encuentra. Un paisaje natural, que combina el azul turquesa de la mar, con la arena blanca de la playa.
Aprovechamos las últimos minutos de sol para un ultimo bañito y deleitarnos con la propia puesta de sol. Fotitos para perfil de redes sociales … miradas Yolander….
Y para finiquitar el día, celebración requeteplaneada con cena Malgache de 4 estrellas, tarta de repostería malgache, bertso “made in Basque Country” y cervecitas observando el cielo estrellado.
ZORIONAK JOANA!!

Arrozal


Campo rojo con Baobabs de fondo

"Calle" de Andavadoaka


Andavadoaka

Día 3. De Andavadoaka a Salary.  Ekhiotz

Tras una buena noche de descanso en los bungalows en Andavadoaka, nos pegamos el gustazo de una mañana de relax en las playas paradisíacas de Coco Beach: vuelta y vuelta al sol, txonbitos en la mar, paseíllos por la playa entre la arena y los montones de restos de coral y conchas….
Pero teníamos que seguir viajando hacia Salary, que se supone que eran unas 3 horas de viaje, así que decidimos salir a eso de las 12 para llegar allí para la hora de comer… qué ilusos!! No contábamos con el factor chófer! El tío es un empanao de campeonato, se ve que no fue el primero de su clase. Parecía el becario de la empresa, porque en todo momento daba la sensación de estar más perdido que un pulpo en un garaje: parando a preguntar cada dos por tres, dando marcha atrás y eligiendo siempre el camino txungo en cada cruce. Y por si esto no fuera suficiente, al tío no se le ocurre otra cosa que parar en medio de un camino de arena profunda y, ¡oh sorpresa!, el todo terreno se quedó ahí clavado en la arena. Pero gracias a unas piedras y palos que pudimos encontrar para calzar las ruedas, y a base de empujones como si no hubiera un mañana, por fin tras una media hora bajo el sol abrasador conseguimos sacar el todo terreno de allí… sólo para volver a hundirlo en la arena 10 minutos más tarde! Txofer nivel dios (ironía). Pero como ya estábamos hasta los cojones nos dejamos de txorradas y la segunda vez sacamos el coche de la arena echando hostias que ya apretaba el hambre.
Tras esto, y ya sin ninguna incidencia más, llegamos a nuestro destino, a Salary. Eso sí, tras 5 horas de viaje y con más hambre que el perro de Carpanta porque no habíamos comido! El sol ya se estaba poniendo pero nos dio tiempo a darnos un txonbito para quitarnos la roña de los 40 años de travesía por el desierto y pudimos disfrutar de una puesta de sol de película, y de una cena espectacular con ensaladas de tomate y mango, carpaccio de mero, cigalas malgaches, pescado, espaguetis, y cómo no, unas buenas cervezazas! Que nos las merecíamos por txapeldunes!!
Y mañana… a continuar con la aventura!

Andavadoaka

Camino a Salary

Lander y los currantes...

Salary


Día 4 y 5. De Salary a Ifaty y a Tulear.  Jordi

El cuarto día empezó genial. Disfrutando de la gente sonriente y del paisaje árido y remoto de Salary, de los pescadores recién llegados de la mar y del turquesa brillante del agua. Aún teníamos el recuerdo de la excelente cena italiana, cuando la realidad malgache asomó de nuevo la cabeza en el desayuno. Pan con pan frito con más pan y con pan de miel, y de acompañamiento azúcar, miel y leche condensada. Una “delicia” vaya…

Salimos de Salary hasta nuestra última parada; Ifaty. Pero de nuevo, las dos horas prometidas se convirtieron en casi 4 horas gracias a nuestro chófer experimentado experto en orientación y conducción sobre arena. Nunca olvidaremos a Dada.

Llegar a Ifaty fue como volver a la civilización, y a continuación Tulear. Las dos poblaciones han resultado ser una fábrica de experiencias Mastercard:
-       Desayuno en el hotel de Ifaty 3000 Ariary (0,80 ), huevos fritos 3000 Ar más, esperar más de hora y media para ver que el desayuno es un trozo de pan frito y una bola sosa de arroz, no tiene precio.
-       Taxi brousse a Tulear (furgoneta compartida) 5000 Ar, haber reservado y pagado el único transporte posible a la próxima destinación, y enterarte de que ya se ha ido porque ha pasado de nosotros, no tiene precio.
-       Viaje en Ciclo Pousse 1000 Ariary (0,30 ), billete a la próxima destinación 25.000 Ar ( 7 ), truco de magia del vendedor del trayecto escondiendo un billete de 10.000Ar para timarnos, no tiene precio.
-       Corte de pelo 3000 Ar (0,8 ), que se vaya la luz a medio corte, y que te lo acaben sin luz y unas tijeras, tampoco tiene precio.

Salary

Niños en Salary
Salary

Mercado de camino a Ifaty

Modistas, mercado de Tulear


dimecres, 21 de setembre del 2016

Descobrint l'oest de Madagascar




Els nostres petits amics de Tsingy de Bermaraha.


Des d’ Antsirabe vam decidir endinsar-nos al Far West de Madagascar amb uns nois bascos que vam conèixer a la guesthouse d’aquesta ciutat i unes franceses que es van ajuntar amb nosaltres a darrera hora. Un dia després d’arribar ja estàvem marxant amb 4x4 per passar set dies descobrint l’oest.

Vam fer un primer trajecte en el cotxe fins a Miandrivazo, on vam passar la primera nit. Era una ciutat petita, sense més. Però ja s’hi podia respirar un altre ambient; tothom al carrer ens somreia i ens saludava. Sentien curiositat pels bazaar (turistes) que acabaven d’arribar i alguns intentaven establir una conversa amb nosaltres.
Al matí següent ens despertàvem a les 5 per arribar al riu Tsiribihina on agafaríem les canoes per passar-hi tres dies i dues nits. Les embarcacions van resultar ser troncs buidats de forma artesanal, on havíem de carregar les nostres motxilles, que ens servien de recolzament, i totes les provisions pels dies que passaríem al riu: ampolles d’aigua, carn, peix, arròs, cuinetes de fang i carbó, verdures, pa, ous... En total erem 3 canoes; una per a nosaltres dos, una per a les tres franceses i una tercera pel nois bascos, i cada una tenia un remer.  
Apart de les motxilles, a cadascú ens van posar una mena de matalàs plegat que feia de coixí per assentar-nos més còmodament. Més tard, quan estava tot mullat, vam descobrir que seria el nostre llit també. Un cop tot preparat, vam començar a baixar pel riu. Els remers ens van deixar un rem extra per canoa, per si ens animàvem a remar.
El primer dia va ser el més dur; havíem de fer deu hores dintre d’una canoa on amb prou feines podíem estirar les cames, sota un sol que vam descobrir ben ràpid que ja ofegava des de les 8 del matí. El paisatge era maco, però molt sec. Vam començar a veure camps i muntanyes cremats des del principi. El nostre guia es queixava de la desforestació que està patint Madagascar en els últims anys. De fet, ens va dir que el paisatge havia canviat molt des de que ell va començar a treballar ara ja feia 17 anys. Però no ens va saber explicar el perquè de tants incendis.
Vam dinar dintre de la canoa d’un entrepà (mig preocupats per si aquesta seria la manera de procedir en els propers dies) i vam estar fent quilòmetres mentre anàvem cantant, dormint i intentant passar el temps dintre de l’aigua marró però, tot i la calor, sense poder mullar-nos perquè suposadament hi havia cocodrils. Vam veure els primers lèmurs a prop del riu, que baixaven a beure aigua. I per fi vam fer una parada a una cascada per poder nedar i estirar-nos una mica! Després de la cascada el paisatge va començar a canviar i vam passar pel costat d’un poble que ens va parèixer molt gran, ja que durant molta estona vam poder veure gent a prop del riu nedant, netejant roba, dutxant-se... Tothom saludava als bazaar bojos que passaven per allà en canoa i ens demanàvem les ampolles d’aigua buides per reutilitzar-les.
Poc després ja arribàvem al que seria el nostre campament. Vam muntar les tendes i vam poder gaudir d’un dels millors sopars que hem menjat fins ara a Madagascar: zebu (una espècie de bou) amb salsa de pebre, peix fregit, verduretes saltejades i arròs bullit. Els entrepans del migdia ja ens quedaven molt lluny.
El segon dia va ser més tranquil. Però vam haver de reorganitzar les canoes perquè la meva i la del Jordi estava tan carregada que estava a punt de convertir-se en un submarí. Aquest dia sí que vam parar a dinar a l’ombra d’un arbre i vam poder gaudir d’un banyet a l’aigua marró abans de tornar a pujar a les embarcacions (i els cocodrils?). El segon vespre el vam passar a prop d’un “poblat” (un grapat de cabanyetes), on vam acabar fent un foc i la gent del poble es va posar a ballar a ritme d’una espècie d’ukelele casolà amb tres cordes. Els nois es posaven en fila al voltant de la foguera i el primer era el que manava quins eren els passos que durien a terme; eren moviments ràpids, a vegades violents com imitant als dels guerrers i d’altres molt sexuals. El Jordi va treure totes les seves eines i va estar ballant amb els nois durant una estona....ja no té excusa per no ballar en tornar a Barcelona....  

L’últim dia va ser una travessia molt curta, només havíem de fer unes hores fins a arribar a un poblet a la vora del riu on havíem d’agafar els 4x4. Un cop allà els cotxes encara no hi eren així que vam acabar jugant a rugby amb els nens amb una ampolla d’aigua, nedant al riu i llençant-los enlaire... Va ser de les millors experiències que vam tenir en aquells tres dies.

Des d’allà ens vam dirigir cap al Parc Nacional de Tsingi de Bermara, on vam acampar uns altres dos dies a la vora del riu. Vam fer una excursió d’unes sis hores passant per un bosc primari on vam poder tornar a veure lèmurs de dos tipus: el blanc i el nocturn, que estava mig adormit. També vam estar caminant pels tsingis, que són formacions de roques calcàries amb formes puntxegudes. Va haver-hi moments en que vam seguir una via ferrada amb diferents ponts tibetans i d’altres m’havia d’oblidar de la meva semi-claustrofòbia per passar per forats que ens conduïen a grans coves, que es connectaven unes amb les altres. De tornada al campament vam acabar atraient l’atenció de tots els nens i nenes del poble, que venien a passar les tardes amb nosaltres; ja fos nedant o estirats al matalàs “pintant-nos” amb aigua les cames assecades pel sol. Un cop més el guia ens va demostrar les seves habilitats culinàries: crancs de manglar amb salsa i plàtans flamejats.  

I quina millor manera que acabar el nostre recorregut que amb una posta de sol espectacular entre baobabs?


D’aquesta experiència n’hem tret diferents coses. Uns bons companys de viatge amb qui seguirem baixant amb 4x4 fins a Túlear, passant per diferents poblets de la costa: el Tximi, l’Ekhiotz i el Lander. Un bronzejat que ens fa passar una mica més desapercebuts i el somriure de cents i cents de nens i nenes que t’alegren el dia i et donen energia pel que sigui.

Mercat a Miandrivazo

Els forçuts de Miandrivazo!

Preparant les canoes

Cascada de camí al campament

Típica cabanya de les plantacions d'arròs



Companys de jocs al riu

Belo-sur- Tsiribihina

Tximi i Jordi; els exploradors de Tsingy de Bemaraha! 

Els tsingys

Lèmurs blancs, Tsingy de Bermaraha

Tsingy de Bermaraha

Tsingy de Bermaraha

Allée des Baobabs

Posta de sol a l'Allée des Baobabs